El hilo vinculante se enrolla alrededor
de un prejuicio impotente y frágil.
El odio.
La tristeza.
Acaba en lágrimas.
Tras las cortinas,
a medianoche,
se ejecutará cualquier venganza pendiente...
¿Has oído sobre la página de Jigoku Tsúshin? A mi me han contado varios
sobre ella... la verdad es que yo no lo creía, pero ese chico... ¿cuál era su nombre?... Iwashita-kun... lo que él me mostró, va más allá de cualquier otra cosa... y entonces... pensé en que no perdería nada con intentarlo... una y otra vez, a media noche estuve frente a esa página negra, donde sólo decía Anata no urami harashimasu (nos vengaremos por ti)... pero no me atrevía... no le odiaba tanto... no para quedar marcada de ese modo... sin embargo, un día me armé de valor y
escribí mi petición... poco después un mensaje llegó a mi celular... Jigoku Shoujo había aceptado mi petición... ya no recuerdo dónde o cómo, pero una chica de cabello negro y ojos rojos se me apareció... recuerdo que me condujo hasta ella un chico... la chica dijo llamarse Enma Ai; a su alrededor estaban, el chico a quien llama Ichimoku Ren, una geisha llamada Hone-Onna y un anciano llamado Wanyúdo... el lugar era hermoso, un bello y rojo atardecer... entonces Enma Ai me dio un muñeco hecho de paja, parecido a los del vudú, con una cinta roja atada al cuello... aún recuerdo bien sus palabras...




Después, desaparecieron mientras me mostraban una probada del infierno... no he podido tirar de la cinta roja... quizás soy cobarde, pero... esa persona no vale tanto... no voy a condenar mi alma por alguien así... no quiero que esa marca aparezca en mi pecho... no quiero convertirme en una vela más...
Espero que con este pequeño relato de mi invención se animen a ver esta serie, que además tiene un manga y un dorama...

El resto depende de ustedes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario